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Los jabones que utilizamos generalmente para limpiar nuestro rostro, remueven totalmente sus aceites, los cuales son necesarios para una piel sana; obligando así a tu cuerpo a producir aún más para compensar por el exceso removido. Por lo tanto, se desencadena una producción excesiva de aceite. Lo anterior da como resultado impurezas poros dilatados y puntos negros.
Cuando limpiamos y humectamos nuestra piel, es esencial mantener en mente que “aceite remueve aceite”. Pero probablemente rechaces la idea de aplicar aceite a tu rostro, ya que de seguro te imaginas esa sensación grasosa, espesa que obstruye tus poros. Pero si continuas leyendo, te puedo asegurar que esta imagen cambiará.
El aceite por si solo no causa imperfecciones. Los puntos negros, espinillas, granitos, etc. son causados por diferentes factores como las hormonas, bacteria, células muertas, y el acumulo de éstas. La piel produce grasa naturalmente porque la necesita. No solo ayuda a lubricar, si no que también cura, protege e hidrata para que pueda funcionar adecuadamente.
El concepto básico de este tratamiento para el cuidado de la piel, es que el aceite disuelve la grasa que se ha endurecido con impurezas y se encuentra atrapada en los poros. Al aplicar vapor al rostro, se abren los poros, permitiendo que el aceite sea removido fácilmente.
Se utilizan una mezcla de aceites, el primero y más importante es el aceite de Castor, el cual posee propiedades antiinflamatorias, de sanación y de limpieza. Razón por la cual nos enfocamos en éste como el principal. Pero, ya que es espeso y sus propiedades de limpieza son muy fuertes, es necesario diluirlo con otros aceites más ligeros. Aceites como el de mamey, jojoba, oliva son ideales para penetrar la piel profundamente, nutrir y ayudar al aceite de castor a extraer las impurezas a la superficie de donde serán removidas. Los aceites a usar, se determinan de acuerdo a las necesidades de la piel.
¿Cómo funciona?
Tratamiento profundo
Toma una pequeña porción de aceite (la suficiente para cubrir tu rostro) en la palma de tu mano y calienta un poco el aceite frotando entre tus manos. Aplícalo en el rostro dando masaje por unos 3 a 5 min., esto permitirá que se disuelvan puntos negros y otras impurezas.
Toma una toalla facial y mójala en agua caliente, exprime el exceso y coloca sobre tu rostro (cuidando que no este demasiado caliente). Déjala reposar hasta que se enfríe. Suavemente limpia tu rostro con esta misma toalla. Asegúrate de no tallar muy fuerte tu piel. Este proceso lo repetirás 3 veces consecutivas.
Recomendado 1 a 3 veces por semana según los resultados.
Limpieza diaria
Toma un poco de aceite en la palma de tu mano y caliéntalo un poco con movimientos circulares. Aplica sobre el rostro dando suave masaje y retira con una toallita facial húmeda.
Basado en este método, Embrujitos by La Chula te presenta su limpiador facial Chipaua, para:
Piel seca a normal con:
Aceite de castor, aceite de chia, aceite de oliva, manzanilla, tila y jamaica
Piel grasa con:
Aceite de castor, aceite de mamey, aceite de jojoba, milenrama, hierba de limón, aceite esencial de té de limón.
Es normal que al comenzar a utilizar este tratamiento tengas una producción excesiva de grasa por algunos días, ya que se descongestionan los poros y comienzan a ajustarse para funcionar adecuadamente otra vez. Una piel perfecta no ocurre de la noche a la mañana, pero desde la primera aplicación deberás sentir el cambio.
TU ROSTRO LUCIRÁ RESPLANDECIENTE, SUAVE Y TERSO.
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